La cría a mano de un Charmosyna Placentis:
(II) Primeros auxilios: Sacar una
cría atrapada en el huevo.
Ayudar a
nacer una cría atrapada en el huevo no es tarea fácil, y
menos si se trata de un pollo que apenas pesa dos gramos.
Nos podemos encontrar con diferentes casos, más o menos
complicados, pero en todos ellos el riesgo de muerte del
embrión es muy alto. En este caso se trata de una
intervención que durará quince horas.
Primero de
todo tendremos que tener claro cuando intervenir, es una
decisión difícil y la experiencia nos ayudará en ello. Hay
que tener en cuenta que el tiempo de eclosión desde que se
hace el primer |
|
1,
pequeña apertura para verificar la situación |
PIP hasta que el pollo se decide a nacer pueden pasar hasta 72 horas
(repasar el primer artículo, incubación artificial). Pero este es un
tiempo límite que en muchos animales les cuesta la vida por asfixia y
deshidratación, y por tanto es adecuado saber cuánto tiempo suele
trascurrir del PIP hasta la eclosión en cada especie que criemos.
También hay que sensibilizarse con el movimiento interno del huevo,
veremos si el pollo sigue moviéndose con constancia, si pía…si estos
factores van en declive a partir de las 36 horas estamos frente a una
posible complicación.
Las causas de que una cría no eclosione correctamente
son varias, las frecuentes son un mal posicionamiento (generalmente
causado por un volteo inadecuado), inadecuado intercambio de aires, se
debilita; o enganchado en parte de la cáscara impidiendo voltearse para
picar la vuelta entera al huevo.
Para empezar, es preciso mantener una temperatura
estable en la habitación que desempeñemos la operación, más bien alta
(27ºC como mínimo), y la humedad del 70% más o menos; con este motivo
será necesario tener un humidificador si fuera necesario y un
calefactor. La base en la que apoyaremos el huevo tiene que estar
caliente, con un papel absorbente de cocina. Es crucial mantener las
manos (al menos con la que sujetemos el huevo), bien calientes y
desinfectadas, si es posible lavárselas con un jabón bactericida.
Necesitaremos, para realizar todo el trabajo, los
siguientes materiales: unas pinzas que permitan trabajar con precisión,
bastoncitos de algodón, unos vasos de cristal, agua caliente a 37ºC,
gasas, una jeringa o cuentagotas, una esterilla eléctrica, una linterna
u ovoscopio, un pulso firme y mucha paciencia.
Una vez tenemos claro o intuimos que algo va mal, nos
decidimos a intervenir. Lo primero es tener la mesa preparada con los
materiales descritos y la temperatura adecuada, una bajada brusca de
temperatura en un pichón de pequeño tamaño puede significar la muerte.
Tendremos la esterilla caliente con un paño encima, dos vasos de agua
caliente y las pinzas dentro en uno de ellos, los palitos de algodón y
el cuentagotas. Una vez tengamos todo organizado inspeccionaremos el
huevo; localizaremos el PIP, y con la linterna u ovoscopio buscaremos
el lugar preciso donde se delimita la cámara de aire, si es necesario la
dibujamos con un lápiz.
Cuidadosamente humedecemos con un bastoncito y agua
caliente, la zona del PIP y colindante, sin empapar. Con las pinzas
empezamos a retirar un poquito de cáscara, lo suficiente para ver donde
está situado el pico y observar cómo se mueve. Observemos en qué estado
se encuentra la membrana que lo recubre: si está seca, el pollo sufre
deshidratación; paramos mucha atención a los vasos sanguíneos que la
recorren. Estos son la clave para actuar.
2, se
puede observar como los vasos sanguíneos recorren la membrana,
completamente activos.
Hay que detener la
operación.
Veremos que la cría va abriendo el
pico entre la membrana, esta de momento no la tocaremos y dejaremos el
huevo en la incubadora para que retome la temperatura. No podemos tener
el huevo mucho tiempo fuera de esta, hay que efectuar la operación en
tramos cortos de tres o cinco minutos como máximo e intermedios que
pueden alargarse hasta 4 o 5 horas.
Pasado un tiempo, volveremos a mirar
el huevo a contraluz para ver la posición de la cría, tenemos que saber
en todo momento que parte del huevo ocupa el embrión antes de actuar.
Humedecemos la parte colindante del agujerito que habíamos hecho antes y
continuamos con la extracción de pequeños fragmentos de cáscara. Hacemos
un agujero lo suficientemente grande para ver la posición del ave y
observar con claridad la membrana, esta nos revelará mucha información;
si está arrugada y seca pero con los vasos sanguíneos activos, el pollo
se ha deshidratado demasiado rápido a causa de una inadecuada humedad en
el periodo de la incubación. Si esta está tersa pero con los conductos
sanguíneos activos (se notan por su volumen y color rojo vivo), el pollo
no ha absorbido el saco vitelino del todo, causa directa de una humedad
elevada durante el periodo de incubación; este hecho va acompañado de
una visible cámara de aire muy pequeña. Dejamos de nuevo el huevo en la
incubadora y observamos su movimiento. Si va moviendo el pico de manera
que intenta librarse de la membrana, es bueno…al igual si va recuperando
el piar. Necesita hacer un intercambio gaseoso con el nuevo medio, no
hay que tener prisas para sacarlo ya que un paso en falso como romper un
vaso sanguíneo sin darnos cuenta y el animal puede morir desangrado. En
muchas ocasiones la rotura es interna, no vemos sangrar en el
exterior, no dándonos cuenta de que el pollo sucumbe en un instante,
sin poder hacer nada.
Si se produce la rotura de un vaso
sanguíneo secundario de la membrana, el pollo no morirá por ello; pero
sí perderá sangre que se le pegará entre la membrana y la piel,
dificultando notoriamente la extracción.
Es la tercera
intervención, y ya han pasado 6 horas. Si vemos que la
sangre se va retirando de los conductos sanguíneos de la
membrana podemos continuar extrayendo la cáscara hasta el
punto que se encuentre pegada a la membrana, y con mucho
cuidado, deslizaremos parte de la pinza entre el pico y el
ala para intentar retirar parte de esta. Muy atentos a esta
parte, si la membrana está aunque sea mínimamente pegada a
la piel, debemos humedecerla con agua tibia o suero si se
dispone. Si no hay riesgos de lesión ni rotura de vasos,
intentaremos liberar la cabeza, sin forzar la situación.
Volvemos a dejar el huevo en la incubadora. En este tramo
debemos estar pendientes de la humedad, hay que subirla
progresivamente y tenerla, en este punto,
superior al 75%. Una humedad inferior deshidrataría bruscamente al
pollo. |
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3,
Vasos sanguíneos sin actividad, membrana deshidratada |
Después de un nuevo descanso, veremos
si el pollo ha hecho algún intento de liberarse por si solo del huevo,
lo notaremos por su movimiento, intentando empujar con las patas hacia
atrás. En caso que no haya realizado ningún tipo de movimiento,
continuando en situación fetal, intentaremos extraer algo más de cáscara
y si la situación nos lo permite, la membrana. Para ello no olvidar
humedecer la zona y vigilar la interferencia de vasos sanguíneos
ocultos.
Retirar por completo la membrana es el
paso más delicado, con mayor riesgo de toda la operación. Para ello es
necesario poder retirarla hacia los laterales, adhiriéndola a la cáscara
exterior. En este momento el huevo sólo debe tener la mitad inferior y
un poco más de la cáscara. Terminada esta fase, veremos si es pollito
es autosuficiente para salir por sí solo. Llegados a este punto, tenemos
vía libre para retirar del todo la cabeza del animal, muy suavemente
hacia fuera, y comprobar que ha absorbido todo el saco vitelino. Si
vemos que hay un poco de este fuera del cuerpo debemos retener la salida
de la cría unas horas, lo suficiente para que lo haya absorbido.
Si vemos que la cría tiene parte del
saco vitelino fuera, y ha excretado residuos (en cuyo caso lo veremos;
es una masa blanquecina parecida la urea en la base del huevo) tenemos
un problema: la cría está preparada para salir pero los inadecuados
patrones de incubación han impedido la formación correcta. Este caso se
produce por una temperatura baja o una humedad demasiado alta.
Como apunte y anexo del primer
capítulo, cría a mano, diremos que cada especie requiere de una humedad
específica. Para calcular si la humedad de la incubadora es correcta
debemos pesar muy precisamente el huevo; este debe de perder el 15% de
la masa total durante el periodo de incubación. Si no llega a dicha
tasa, la humedad ha sido demasiado alta y si por lo contrario ha sido
baja, perderá más masa de lo indicado sufriendo de deshidratación.
4, Retirada
de la membrana.
El ojo
superior es una zona muy vulnerable en este momento. |
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Continuando con lo que nos atañe, en
este momento dejamos la casi cría en la incubadora, y
esperamos a que salga sola. Tendremos paciencia,
observaremos sus movimientos y la textura de la piel. Tiene
que estar rosada y tersa, de lo contrario significará que el
animal está deshidratado. En este momento hay que tener la
temperatura a 37,2ºC y una humedad del 85% HR. Son
condiciones de una nacedora. Si aun así la cría denota
síntomas de deshidratación le daremos unas gotas de Lactato
de Ringer, o en su defecto agua; siempre a 36,6ºC. |
Llegados a este punto tenemos dos
vías, la cría emprende sola el camino hacia la vida o bien le tenemos
que dar un último empujón.
5, Cría casi
liberada, dejamos que salga sola del cascarón.
Si una situación se puede complicar,
se complicará. Así que tenemos que estar preparados para una última
intervención. En este caso tendremos la cría con el huevo apoyados
encima de una base que se pueda transportar de la nacedora al sitio de
operaciones sin tocarla. Con ayuda de un palito de algodón húmedo y
caliente, empujamos la cría hacia afuera, teniendo cuidado que no tenga
parte de la piel pegada en la cáscara. Si esto ocurriera iremos
humedeciendo la zona hasta desengancharlo. A la hora de sacar
definitivamente el pollo nos cercioraremos de que no haya rastro de saco
vitelino y de no dañar el abdomen del animal por un tirón incorrecto del
cordón umbilical.
Nuestra cría ya está fuera!
Hay que desinfectar la zona del
abdomen con yodo, es muy importante ya que por ahí es un foco de
infección en potencia.
Si ocurriera que al sacar el pollo,
este tuviera parte del saco vitelino fuera del abdomen, tenemos un serio
problema. En esta situación hay un par de soluciones:
Si la extensión es muy poca, se puede
probar de insertar dentro del animal por el conducto de absorción,
presionando con el pulgar y mucho cuidado.
Si el saco vitelino es de una cantidad
importante hay que amputarlo. Para ello hay que hacer un lazo con hilo
dental alrededor y seccionarlo de manera limpia, retirando el sobrante y
dejando el hilo para que cicatrice. Después limpiar con yodo.
El trato que le daremos a esa cría
será especial, y si cabe, una atención superior a la cría nacida por sus
propios medios. En este cuidado entra la hidratación prematura; hay que
pensar que en un ave recién nacida no se le suministra nada hasta
pasadas 12 o 24 horas. Pero es este caso especial hay que contar que el
animal pueda haber nacido con retraso y lo más seguro que esté
deshidratado, por tanto, un par de horas después de la extracción le
suministramos unas gotas de LR o agua en su defecto.
La segunda cría de placentis necesitó
de cuidados exhaustivos los dos primeros días, desarrollando poca
actividad y pocas posibilidades de vivir. En la siguiente entrega
veremos cómo consigue tirar adelante, eso sí, con muchas dificultades.
SIGUE: (III) La cría a mano desde el día 0.
Texto y fotos: Pàtric Marín © 2013
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